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JEUN, LA CUNA TRANSGRESORA DEL TAEKWONDO JIENNENSE

JEUN, LA CUNA TRANSGRESORA DEL TAEKWONDO JIENNENSE

Por Fran Cano - Abril 06, 2024
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Yong-Ho Jeun Kim guía la Escuela de Taekwondo que fundó su padre Il-Hung en 1980 y que ha derivado en tres clubes en la ciudad; taekwondokas relatan el impacto en sus vidas

La cuna del taekwondo jiennense es la Escuela Jeun, fundada por Il-Hung Jeun en 1980. Cientos y cientos de deportistas han pasado por la tutela de un centro, ubicado cerca del Pilar del Arrebalejo de Jaén, que desde 2011 lidera Yong-Ho Jeun Kim (Seúl, 1977), campeón de Andalucía 25 veces de forma consecutiva, oro con España en cinco ocasiones, quinto del mundo en 2008 y sexto en 2009. Más allá de los títulos sobre el tatatami (dojang), la práctica del arte marcial ha cambiado la forma de ser de quienes ahora llevan la disciplina a todas las esferas de la vida.

Dice Yong-Ho Jeun, ingeniero industrial en Linares, que no habla del todo bien coreano, pues llegó a Jaén cuando tenía tres años junto con su padre y su madre, Jeng-Suk, migrantes que buscaban un futuro mejor y que aterrizaron en Francia para mudarse después a Cataluña, el paso previo antes de echar el ancla en tierras jiennenses.

Yong-Ho empezó a pelear con cuatro años y se ha criado en el gimnasio que sigue evolucionando desde el número 5 de la calle Doctor Luzón, una cantera que abre las puertas cada día desde las 17:00 horas hasta el cierre. "Aquí he hecho a todos mis amigos y he conocido a compañeros del taekwondo que están por España y por todo el mundo", expresa en declaraciones a este periódico.

Centenar y medio de taekwondokas —con un arco de años desde los tres hasta mayores de cualquier edad— aprenden los secretos de la práctica. "El taekwondo requiere disciplina, pero al mismo tiempo es accesible. Cualquier persona que se lo tome en serio puede aprender. Y lo más llamativo es la rapidez y la espectacularidad de las técnicas de pierna", apostilla.

El primer nombre que tuvo el Club Jeun —la nomeclantura con la que compite— fue Club Deportivo Shitoriu. Yong-Ho dejó de competir en combate en el año 1993 después de haberlo ganado todo y a partir de 2002 competió en técnica (pumse) hasta 2014. Más adelento tuvo un regreso puntual en el Campeonato de Andalucía de 2022. "Fue especial, porque volví a competir, gané el torneo y recogí la medalla de oro junto con mi hija Valentina", recuerda el también padre de Jaime, que cumplirá tres años en diciembre; la mayor sumará cinco en verano.

"La concentración absoluta también es fundamental", dice acerca de la importancia del foco, de no perder el equilibrio. Mira hacia atrás y repasa con orgullo el legado de su padre, quien falleció hace un sexenio. Ahora en la capital están activos también los clubes Ki Óscar y Ayos Lee, ambos liderados por discípulos de Il-Hung Jeun. "Aparte de mi padre, con lo que eso significa para cualquier hijo, también fue mi maestro", subraya.

"YONG-HO Y YO SOMOS COMO HERMANOS Y TAMBIÉN ES MI MAESTRO"

 Yong-Ho Jeun Kim y Rubén Ordóñez, socios de la Escuela Jeun. Foto: Cedida.
Yong-Ho Jeun Kim y Rubén Ordóñez, socios de la Escuela Jeun. Foto: Cedida.

Rubén Ordóñez (Jaén, 1987) es uno de los hombres clave para que la escuela siga adelante. Es el entrenador suplente, mano derecha de Yong-Ho, y quien asume buena parte de la carga de horas de las clases a los menores. "Yo llegué al taekwondo con seis o siete años. Básicamente porque mi padre quería enderezarme y pensó en un arte marcial. Y le habían dicho que uno de los mejores maestros de España estaba en Jaén", recuerda.

Asegura que Il-Hung le hizo madurar más allá de la práctica, pues le enseñó a entender cuál era su espacio y en qué consiste el respeto al prójimo. "Él repetía que había que ser disciplinado en todos los ámbitos de la vida, desde en la ducha hasta en una entrevista de trabajo", ejemplifica.

Cuando se le pregunta por la relación que tiene con Yong-Ho, dice que es "una leyenda viviente", campeón de Andalucía, de España y de Europa, un ejemplo de hasta donde se puede llegar desde el sacrificio. "En artes marciales somos hermanos, porque nuestro maestro es su padre y él también ha sido el mío", resume.

"Cada vez lo veo más meticuloso en el buen sentido; admite menos tonterías. Con los años se parece más a su padre y es más disciplinado. Si después de tanto tiempo aún nos acordamos del maestro y de sus enseñanzas es porque lo hizo muy bien. Ojalá perpetuemos su legado", resuelve.

"EL TAEKWONDO ES UNO DE MIS PILARES PARA SALIR DEL POZO Y RENACER"

 Carlos Córdoba, en una imagen practicando taekwondo. Foto: Cedida.
Carlos Córdoba, en una imagen practicando taekwondo. Foto: Cedida.

Carlos Córdoba (Jaén, 1992) perdió la salud física y mental cuando llegó a la treintena después de dedicar siete años a las oposiciones sin éxito. Empezó con el taekwondo a finales de noviembre del año 2021 y todo ha derivado, junto con la ayuda de la terapia, en un empoderamiento creciente. "Llegué a la Escuela Jeun, que en Jaén es decir taekwondo, hablé con el maestro Yong-Ho y a los diez minutos supe que quería quedarme", recuerda. Eligió una fecha especial para dar el paso. Era viernes, aniversario de la muerte de su padre. "A día de hoy el taekwondo sigue aportándome estabilidad psicológica y personal. Me ha hecho renacer junto con otros pilares de mi vida", asevera.

Córdoba compite en la categoría Máster amateur, donde ingresan los taekwondokas cuando cumplen 30 años. Es cinturón azul, para el verano quiere el rojo y ya sabe lo que es testar el oro en su categoría en dos ocasiones consecutivas. Tocó el metal de la victoria en marzo del año pasado en Alhaurín de la Torre (Málaga). "Recuerdo que hice tres combates y entre la semifinal y la final apenas tuve dos minutos de descanso. Fue una experiencia inolvidable", celebra y recuerda que le dijo a Yong-Ho que sólo participaría si él le daba su aprobación.

Este año, tras revalidar el oro, sostiene que es vital dejarse guiar por los maestros. "A mi psicólogo le he dicho que ahora tengo que gestionar todas las cosas buenas que me están pasando", expresa. "Me centro en mejorar. Ya no sólo es la conquista de las medallas, sino constatar que en cada combate detecto los fallos para mejorar en el siguiente", añade.

Por más que sea asiduo en el gimnasio, Carlos Córdoba sigue alucinando con la técnica de Yong-Ho. "De pronto da una patada y aprecias que la calidad es impresionante. Siento envidia sana de quienes entrenaron a su lado cuando era adolescente. Hablamos de una eminencia", resuelve quien tambien es discípulo de Rubén Ordóñez.

¿Qué futuro le aguarda al taekwondo jiennense? "Tenemos la suerte de que la Federación andaluza lo está haciendo muy bien y está por delante de la mayoría de comunidades en cuanto a licencias, titulaciones y técnicos de nivel. Tantas competiciones permiten que sea muy accesible", concede Ordóñez. "En el taekwondo nos alegramos siempre de los éxitos de los demás. Después de cada campeonato nos felicitamos tanto si ganamos como si perdemos", concluye Yong-Ho, el hombre que guía una tradición de 44 años en Jaén que ha pasado de la familia biológica a una comunidad extraordinaria.

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