Segunda fila

“A toda casa se ingresa siempre a través del cuerpo”. Yolanda Castaño. Premio Nacional de Poesía 2023.

Que me llamen persona mayor es un eufemismo para diluir otro estado que es tabú: vieja. Pero a mí me gusta que me llamen vieja; me parece un término más honesto, más franco y menos prejuicioso. Sabe una a qué atenerse.

Alexandre Lacroix decía en una entrevista, en el que el título del artículo me llamó la atención: "El mundo se ha vuelto indescifrable para los que han nacido antes de 1989", que hemos de seguir avanzando a pesar de las dificultades, pero que era importante guiarnos en el trato con otras personas de acuerdo a un ideal que tuviera especial significado personal.

En una entrevista de radio, Beatriz Serrano comentaba que “el trabajo es el único espacio en que toleramos ciertas violencias que no soportamos en otros ámbitos”. Así que he decidido tirar por el camino de en medio y traer a primer plano la tarea, que no el trabajo, de muchas viejas. En el ámbito casero, hay situaciones de maltrato con hijos y nietos que claman al cielo por lo sutil y despiadado.

Si quieres ver a los nietos... te tachan de pesada.
si no quieres verlos... eres mala persona.
Si “tienen” que venir a comer ... les fastidias.
Si les gusta la comida ... les haces engordar.
SI tienen alguna alergia ... insensible a sus riesgos de salud.

¡En fin! ¡Que cuando te quedas a solas, te viene una sensación de que han disfrutado poco y que su esfuerzo ha sido grande y que has perdido un tiempo irreemplazable!

La familia da mucho trabajo ¡Para qué nos vamos a engañar! Con los viejos no hay reciprocidad. Nos cuidan, nos aman y nos dicen lo que tenemos que hacer. Somos adultos venidos a menos. Sin criterio propio ni nada mejor que hacer. Hay que no tomárselo a mal. Nuestro valor es darles gusto. Aceptar sus opiniones y no quejarnos.

Algunos dirán que estoy exagerando y que sus vidas están llenas de afecto por sus mayores y que la familia feliz existe.
Pero el maltrato y el abuso no dan cuartelillo.

Mañana no tendrás que ir a trabajar fuera, seguirás con todo el cuerpo molido limpiando la cocina hasta el próximo evento y organizando las tareas “¿PODRÍAS?” de la semana a las que no te podrás negar.

No quieren que nos sintamos solos.
Piénsenlo y pidan ayuda (ambas partes).